Terapias

Podríamos imaginar la formación del psiquismo de un sujeto como las matrioskas (o muñecas rusas). Primero tendremos la experiencia de la infancia, a la que se sumará la adolescencia, posteriormente la de la adultez y  por último la vejez. Cada capa es una oportunidad de reformularse, pero siempre tendremos que asumir y elaborar la vivencia previa.

Adultos
Adolescentes
Infantil
Familiar
Pareja

Terapia Adultos

Re-conocerse

Comenzar un tratamiento es un paso importante. En el acto realizar un análisis, hay una personas haciéndose cargo de sí misma, actuando para comprender qué es aquello que le ocurre.

La curación analítica es el resultado de una experiencia, una experiencia en la que la elaboración de saber no es un simple medio para lograr un fin, sino que es ya un fin en sí mismo. Conocer algo sobre nuestro inconsciente, desprendernos de la ingenuidad que nos hace creer que nuestro malestar depende de condiciones que son ajenas a nosotros mismos, asumir la responsabilidad de al menos una parte del sufrimiento que padecemos, forma parte de la cura.

Gustavo Dessal

Un análisis no es un camino de rosas ya que supone mirar hacia a dentro, hacia aquellas partes que duelen y arrojar luz en las áreas de uno mismo que han permanecido a oscuras. Dejamos de vivir en piloto automático y nos hacemos algo más dueños de nosotros mismos.

La persona comprende cómo todas las vivencias que ha atravesado, se han ido anudando en su interior y confeccionando una forma específica de estar en el mundo y de percibir la realidad. Sólo entonces puede poner voluntad, y dirigir su propio cambio, mientras abandona al mismo tiempo las viejas dinámicas que le estaban haciendo sufrir.

“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.”

Friedrich Wilhelm Nietzsche

Terapia Adolescentes

Hacia nuevos límites

La adolescencia podría definirse con dos palabras: cambios e intensidad.

Los cambios que atraviesa un adolescente son en todas las áreas de su vida. Su cuerpo se transforma rápidamente, la relación con la familia se replantea, los vínculos los amigos se vuelven el tema más relevante… En esta etapa se condensan cientos de “primeras veces” y  cada día asumen  nuevas responsabilidades. Su identidad está forjándose por lo que  invierten su tiempo y energía en saber quiénes son, quiénes quieren llegar a ser.

La sensación interna es de una gran ambivalencia; por un lado quieren sentirse libres e independientes pero al mismo tiempo aún no pueden desenvolverse sin la ayuda de los padres, lo cual puede generar conductas contradictorios. El manejo de todas estas emociones no es tarea fácil ya que  todo lo experimentan con mucha más intensidad que un adulto.  Dicha intensidad no se debe sólo a que se trate de  “nuevas experiencias”, sino que además hay una predisposición neurológica a ello dado que su cerebro aún no ha terminado de formarse. A todo lo anterior hay que sumar que con frecuencia se activan conflictos que habían permanecido apaciguados en épocas anteriores.

En función de cómo se afronte dicho periodo éste dejará una serie de huellas en la identidad de la persona, puesto que lo vivido queda fuertemente grabado en el recuerdo y nos canaliza hacia el posterior asentamiento en la etapa adulta.

“Suspiramos en silencio lo que callamos a gritos”.

Ulises Sánchez

Terapia Infantil

El reino de la fantasía

Criar a un hijo no es fácil, y entender lo que le ocurre menos aún. La mente de un niño es diferente a la de un adulto, por ello las reglas que rigen sus reacciones, sus emociones y vivencias son distintas a las nuestras. A veces, debido a la presión del entorno y de la escuela, los padres se centran en el comportamiento como aquello que si el pequeño logra controlar le asegurará que todo vayan bien. No obstante, no podemos olvidar que cuando un niño se porta mal puede haber detrás una serie de necesidades, a nivel emocional, que no se estén abarcando. Ellos no saben cómo transmitir su malestar,  y como adultos no se nos ha enseñado tampoco a descifrarlo.

De ahí nace la importancia de la terapia infantil cuando se percibe que un hijo está sufriendo o que su conducta ha cambiado drásticamente. Con frecuencia los niños no se apoyan en los padres, porque temen hacerles sufrir con su propio dolor, preocuparles o incluso decepcionarles al revelarles las emociones que les acompañan. El analista podrá trabajar desde otro lugar, cómo persona a la que no teman dañar y posteriormente  éste ayudará a los padres a comprender mejor la demanda de su hijo.

Por ello el trabajo con los padres es imprescindible en la terapia infantil, puesto que necesitan comprender cómo sus propios actos y mensajes pueden estar influyendo en el niño de un modo que no era el que se pretendía.  Además es habitual que los hijos hereden los miedos y angustian de los padres, por lo que ellos tendrán que trabajarlos  también si desean que sus hijos no los padezca.

«Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.»

Jean-Jacques Rousseau

Terapia Familiar

El Núcleo Vital

“La familia es lo más importante”, “La familia no se elige”, “Hay que hacerlo todo por la familia”, o “Si no hubiera tenido esta familia mi vida sería mejor…”. El nexo común de todas estas afirmaciones, que escuchamos con frecuencia, es que la familia es un factor muy importante en la vida de las personas. Sin embargo, las relaciones en su núcleo no siempre son sencillas. Con frecuencia encontramos tensiones fraternas por envidia o rivalidad, padres que no se entienden con sus hijos e hijos angustiados por las presiones de los padres. En otros casos, el sistema familiar parece “funcionar correctamente” a excepción de las conductas de uno de sus miembros que perturban a todos los demás, sin embargo también en este caso, el problema puede ser más grupal de lo que aparenta.

La familia es un sistema organizado, que tiene unas leyes implícitas y explícitas que todos sus miembros siguen lo sepan o no. No obstante este funcionamiento se implanta de forma sutil y puede dar lugar a grandes tensiones, sobre todo en aquellos casos en los que las necesidades individuales se desatienden con el fin de mantener ciertas «costumbres».

La terapia familiar busca hacer conscientes a sus miembros de las dinámicas de conducta y relación que mantienen entre ellos. De este modo, las pautas inconscientes se van desarticulando y se abre espacio para una interacción más voluntaria y sostenible para todos. Es esencial que se tenga en cuenta la individualidad de cada uno para que pueda perdurar el lazo familiar.

«La familia es algo así como armar un edificio de juguete sin manual de instrucciones.»

Ammunni Bala Subramanian

Terapia de Pareja

Un@ + Un@

Puede que sientas que últimamente estás más distante de tu pareja, que desde hace un tiempo no os entendéis. Puede que incluso hayas llegado al punto en el que no sabes porqué comenzó tu relación, o que sin daros cuenta se hayan ido creando ciertas rutinas y formas de trataros que os hacen daño día tras día. Cuando los rencores se han acumulado, y uno no encuentra la forma de entenderse con su pareja, es un buen momento para plantearse pedir la ayuda de un tercero, que os ayude a los dos a pensar y comprender la situación con mayor claridad.

¿Por qué aparecen los conflictos?

Una pareja es una combinación tan bonita como complicada. Cada parte de la relación está formada por una serie de valores, gustos, prejuicios, miedos y manías que han de encajar con los de otra persona !he aquí la magia¡ Este encuentro puede ser precioso, sobre todo en sus inicios, cuando uno por fin se siente entendido y acompañado.

Puede que durante un tiempo todo funcione como la seda, pues ambas partes están tan felices de haberse encontrado que dan con frecuencia su brazo a torcer y se muestran flexibles ante las sugerencias del otro.

Sin embargo, cuando la relación avanza, algo empieza a cambiar. Puede que las exigencias mutuas empiecen a incrementarse, y a su vez la flexibilidad disminuya. Ceder empieza a quedar anotado en la libreta de las deudas y  de cuando en cuando se pasa la factura. En otros cosas, se van conociendo rasgos en el otro que rompen el ideal que uno tenía, y trata de querer cambiar a su compañero para que este mantenga la magia de la relación.  Otras veces ocurre un desafortunado acontecimiento que hace una herida en la relación que no se saben cómo curar.

Las causas del conflicto pueden ser diversas, pero no siempre son obvias. Así los integrantes de la pareja empiezan a sentirse tensos, fríos y disgustados,  y optan por atacar o distanciarse. A no ser que sepamos comunicarnos y reestablecer las bases de nuestra relación, el problema tendrá dificultades para solventarse.

«Siempre gana quien sabe amar.»

Herman Hess